Las últimas leyes educativas han introducido en nuestra vida el concepto de "competencias", que se podrían definir como las capacidades que un alumno ha de conseguir en cada una de sus etapas vitales, para adaptarse a su entorno, aprender, integrarse, evolucionar, crear, disfrutar... a lo largo de toda su vida.Son algo, por tanto, abierto y cambiante, en constante evolución.
En ese sentido, evaluar las competencias ha de ser un proceso dotado de unas herramientas específicas que nos permitan detectar la evolución en el grado de consecución de una competencia en concreto. Y las llamadas "pruebas objetivas" no nos sirven para nada, ya que sólo detectan determinados conocimientos en un momento concreto de nuestra vida, que podemos olvidar o perder sin darnos ni cuenta. Así que debemos emplearnos en observar evoluciones, utilizar registros, implicar a todos en el proceso(profesor-alumno-compañeros)...
Esta evaluación de competencias ha de tener por objetivo, no sacar una nota para aprobar o suspender, sino que nos ha de ayudar a conocer lo que sabemos y lo que nos queda por aprender. Y nuestros alumnos han de saber que los evaluamos para ayudarles a aprender y a avanzar en su nivel de competencias, para que sean conscientes de lo que han aprendido y lo que no.
Acabo mi reflexión aportando este trabajo sobre competencias de Martín Pinos, que me ha encantado:
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